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miércoles, 9 de noviembre de 2011

#10

Entré a mi casa y subí al cuarto. Mis padres no estaban, debían haberse ido a comprar o algo por que siempre lo hacen. Se van y no me dejan nada. Entré en el cuarto y tiré la mochila, sinceramente, me daba igual donde cayera. Me quité la chaqueta y la dejé encima de la silla, mi gran armario. Encendí el ordenador y lo dejé en un lado. Me puse a hacer algunos deberes que me quedaban atrasados de otros días. Al cabo de 10 minutos los acabé y me puse con el ordenador. No había nada interesante por lo que miré un poco las redes sociales y lo cerré. Enchufé la tele. A esas horas solo hacían ''Otra Movida'', que ya se había acabado, o ''La que se avecina'', que aunque son capítulos de hace mil años yo los sigo viendo. Me tumbé en la cama y me puse a pensar en lo que había pasado estar mañana. Le di mil y una vueltas, primero a la bronca de Nico, luego al descubrimiento de Matteo... Sí, de eso quería hablar. Matteo. Cuando lo vi por la calle pensé que era un chico normal, totalmente normal, con lo que lleva encima de guapura y sensualidad pero un chico al fin y al cabo normal, pero luego cuando me puse a pensar en el y en todo lo que me había dicho, que por poco que fuera, fue especial, pues me hice un lio en la cabeza. ¿Qué pasaría ahora con Nico y conmigo? El se había echo muy amigo de Matteo y alomejor pasaba de mí. No creo. Pero.. ¿Y sí pasaba? Sería culpa mía, al fin y al cabo, los presenté yo. Sonó el teléfono. Lo cogí sin pensar en quien era pero cuando oí la voz supe al instante de quien se trataba.
-Hola Katty.- Me dijo una voz dulce y con acento italiano.
-Hola...em.. ¿quien eres?- Le contesté yo atontada. Como si no supiera quien es.
-¿No me reconoces? Soy Matteo. ¿Qué tal estas?
-¿Matteo? ¿Y quien te ha dado mi móvil? A propósito, bien, estoy bien, ¿y tú?- Le contesté más atontada aún.
-Pues me lo ha dado Nico, tu novio. Me cae bien, es un tío muy majo y se ve que te trata bien. Yo estoy bien también.- Me afirmó.
-Ah.. pues es que no sabía nada de eso pero bueno, no pasa nada. Me alegro de que te vaya bien. Y sí, Nico me trata genial, es un cielo.-Fardé un poco de chico.
-Verás, me gustaría pedirte una cosa.
-Dime.
-Pues mira, yo soy mas o menos nuevo aquí y me gustaría que me enseñaras un poco la ciudad, los sitios que hay, los bares, las tiendas, las costumbres y esas cosas.-Me pidió muy amablemente.
-¿Y por que yo?- Le conteste un poco asombrada.
-Pues por que eres la persona con la que mas confianza he cogido en este poco tiempo y me gustaría que fuésemos buenos amigos.
-Pues genial, ¿te parece bien mañana?-Pregunté.
-Pues verás... estamos todavía de mudanzas y tal así que me preguntaba que si podríamos quedar esta tarde, bueno, ahora en un rato. Todavía no es muy tarde y seguro que lo pasaremos bien. Si quieres luego podemos ir a cenar algo por ahí. Yo invito.
-Pues vale, me parece bien, llamo a mis padres, me cambio y quedamos en la plaza. ¿Bien?
-Perfecto. A las 6:00h en la plaza. Un beso.
-Otro para ti. - Y colgó.
Quería quedar conmigo. Este chico, he de reconocer que estaba un poco loco pero me encantaba, me encantaba su forma de ser y su personalidad, por lo poco que he podido ver de el. Me empecé a arreglar sin dejar de pensar en si esto de quedar así de repente significaría algo más. ¿Querría algo conmigo? No se, no creo. El y Nico son muy buenos amigos pero no creo que eso frenara sus instintos de machito imponente.
Acabé de arreglarme y ya eran las seis menos diez así que me fui yendo para la plaza. No suelo ser muy puntual a las cosas, siempre suelo llegar con algo de retraso a no ser de que sea algo muy importante y si no mis padres me mantén. Entonces soy capaz de llegar media hora antes si hace falta.
Llegué a la plaza, hacía frío la verdad. Lo vi a lo lejos y fui acercándome a el pero en el camino se me cruzó la guarra de Natalia. ¿Se puede saber que hacia esa ahí? Pf, cada día me daba mas tirria esa tipeja. La ignoré pero a mis oídos llegaron unas palabras un tanto molestas.
-Ten cuidado con lo que haces con ese chico... no querrás que Nico se entere de que andas zorreando por ahí con otro. -Me dijo con todo insultante.
-Será mejor que te calles si no quieres que se entere todo el instituto de quien eres realmente, así que no me tires de la lengua.
-Uyyy, mira como tiemblo.- He hizo un gesto como de temblarle las manos.
La ignoré y seguí hacia mi camino. Me acerqué a Matteo y le di dos besos, el me los devolvió y salimos hacia el centro. Cogimos un autobús que nos dejó justo en el centro y ahí comenzamos a andar y a andar hasta dar con tiendas y bares que valieran la pena. Llegamos a varias tiendas de deportes, ''Adidas'', ''Nike'', ''Foot-Looker'' y esos sitios. Entramos en todos y cada uno de ellos, pues Matteo quería saber como eran aquí las tiendas. Luego de ahí, entre risas y algun que otro abrazo nos fuimos a un barecito que hay cerca de una de esas tiendas y entramos dentro. Pedimos una mesa pero estaban completos. Entonces yo le propuse de ir a un McDonalds, no era gran cosa pero se comía bien para ser una noche friolera. El aceptó y fuimos en camino.
-Buf, que frío hace, ¿no?- Le pregunté mientras me frotaba los brazos.
-Pues sí, la verdad es que no tenía ni idea de que esta ciudad fuese tan fría, pensaba que en mi país hacia mas frio. Toma.- Me dijo mientras se quitaba la chaqueta.
-Oh, no, lo siento pero no, no te la voy a coger. Hace mucho frió y si te la quitas tendrás frío.
-Pareces mi madre Katty, cállate y ponte la chaqueta, que tu tienes mas frio que yo.
Acepté y me la puse. Me venía un poquito grande, pues era de chico, pero me sentaba bien. Olía genial, a perfume de chico pero no del fuerte si no a el de adolescente que intenta seducir a una chica. Me pregunté si sería su intención. ''Kattia, no seas ingenua, solo ha sido un buen gesto por su parte, no te emparanoyes.''
Me abrazó y me preguntó que si tenía menos frío. Afirmé. Entramos en el 'restaurante' y pedimos mesa. Nos sentamos mientras nos preparaban la cena y hablamos un rato. Luego el se ofreció muy amable para ir a por la cena y me la trajo. Se sentó y empezamos a cenar. Después de eso, pagó, como bien me había dicho antes. No opuse mucha resistencia a eso, pues sabia que era cabezón y no lo aceptaría. Nos fuimos hacia casa y me acompañó hasta la puerta.
-Me lo he pasado genial, esto tenemos que repetirlo.- Me dijo.
-Por supuesto que sí, cuando quieras. Yo me lo he pasado estupendamente.- Le contesté.
-Bueno, pues te dejo aquí que si no tus padres se preocuparán. Hasta mañana guapa.- Y me dio dos besos.
-Adiós guapo.- Y se los devolví.
Subí a mi casa y entré. Saludé a mis padres y mi padre se percato de que algo raro veía en mi.
-¿De quien es esa chaqueta cielo?- Me preguntaron los dos.
-Mierda. Es de un amigo, de Matteo, me la ha dejado por que tenía frío y se me ha olvidado devolvérsela.
-No te preocupes, ya se la devolverás el lunes. Buenas noches cariño.- Y me dieron dos besos.
Subí a mi cuarto. Pensé que lo hice, en cierto modo, intencionadamente. Sí, no me miréis tan mal. Quería quedarme la chaqueta por que me aportaba seguridad, era una gilipollez pero así era. Dormí abrazada a ella como si fuera un peluche y al día siguiente me desperté oliendo a el.
-Bueno, aquí acaba la 1º temporada de mi novela. Espero que os haya gustado y que me pidáis más, que eso siempre me hace ilusión. Un besazo y dejarme vuestros comentarios en en blog. Un beso, Lidón-

domingo, 6 de noviembre de 2011

#9

Por la tarde, no tenía muy seguro si ir al instituto o no pero al final decidí ir por que me daba la sensación de que algo iba a pasar y no estaba segura de si iba a ser bueno o malo. Me vestí, me lavé los dientes y me apresuré a ir al colegio. Yendo, me encontré con mucha gente, la mayoría no la conocía pero otras si. Entre las que no conocía, vi a un chico. Menudo chico. Pero pensé ''Kattia, moderate, que tienes novio.'' Pasé de largo y cuando mas segura creía estar de haberlo olvidado paso por mi lado y chocamos. Se giró y me pidió perdón. Tenía un acento extraño, creo que era italiano o algo de eso. Era un chico alto, 1'75 o por ahí. Tenía el pelo raro, era corto con cresta pero le quedaba muy bien, era de color marrón claro muy dulce. Tenía los ojos verdes, preciosos. Tenía la nariz perfecta, recta y chiquitina. Vestía con un pantalón bajo, con el cual se le veían los calzoncillos de 'Calvin Klein' amarillos, una camiseta verde y una chaqueta de Adidas azul y negra. En el pelo llevaba una gorra plana, de los Yankees, roja. También recuerdo verle dos dilatas, una en cada oreja y el aro era de color rojo, como la gorra. Era un chico increíble. Me quedé mirándolo embobada un momento hasta que reaccioné, volví en si y seguí el camino hacia el instituto. Llegué a la puerta y allí estaba Andrea esperándome en la puerta.
-Hey tía, ¿qué tal?- Y me dio dos besos.
-Genial tía, me he encontrado a un tío por la calle que vamos... se te caen las bragas.- Le dije algo nerviosa por si estaba Nico.
-Anda, ¿si? ¿y por que no te lo has traído?
-¿Cómo me lo voy a traer? ¿Todos tontos?
-Pues no, todos tontos no, me lo traes aquí, me lo presentas y ya esta!
-Ya, claro...
Me giré, miré hacia todos los lados y seguí hacia delante. Entramos a clase las dos. Ya estaba todo el mundo sentado y me daba la sensación de que ya había empezado la clase. Nos sentamos las dos mientras nos reíamos. El profesor empezó a dar clase cuando de repente alguien llamó a la puerta interrumpiendo las clases. Era el. El chico italiano. No me lo podía creer. Me quedé embobada.
-La virgen santa. ¡¡Mira, mira, mira, mira Kattia, mira!!- Me dijo Andrea.
El se acercó a mi.
-Hola guapa. ¿Te acuerdas de mi?- Me dijo con su bonito acento.
-Tía, ¿de que conoces a semejante monumento?- Me dijo Andrea en voz baja, pero este la oyó.
-Hola, me llamo Matteo y a tu amiga la conozco de que esta mañana nos hemos chocado en la calle xD
-Tía, no me jodas que este es el chico del que me has hablado?- Me preguntó Andrea.
-Cállate enana. Si, es el ¿que pasa? ¿te pone?-El se rió.
Pues efectivamente era el, el chico de antes. ¿Que hacia este chico aquí? ¿Era nuevo o algo? En fin, el profesor nos lo presentó y nos dijo que donde se podía sentar. Yo me levanté y le dije que tomara mi sitio pero el dijo que prefería estar conmigo. Mi amiga me fusiló con una mirada y la clase empezó a hacer el gilipollas. Mi amiga se levantó y le cedió el asiento vacilando le. El se sentó y me dijo que si le podía prestar los apuntes para copiarselo. Efectivamente, era italiano, de Roma, y llevaba aquí casi 3 años. Me contó casi toda su vida y yo empecé a contarle la mía. La clase se acabó super rápido y salimos los dos juntos de clase riéndonos  Fuera me esperaba Nico, apoyado en la pared y mirando al techo.
-Em... un momento Matteo, ahora vengo.
-Vale guapa ;)
Cogí y fui hacia el. le di un beso y el me cogió de la cintura. Me pregunto que que tal me había ido la tarde y que sentía mucho el numerito que había montado por la mañana. Yo le dije que no se preocupara y llamé a Matteo. Los presenté y al parecer hicieron buenas migas. Nos fuimos los tres hacia casa. El nos acompañó, primero a mi casa y luego a la de Nico y allí nos despedimos todos y cada uno nos quedamos en nuestra casa. Al parecer, hice bien en ir a clase por la tarde.