Bueno, pasaron unos cuantos días mas y comenzó octubre, ese querido mes en el que empieza a hacer frió y tengo la excusa perfecta para pedirle la chaqueta y estar todo el día oliendo a el. Octubre, bonito mes.
Era un día no muy soleado. Amaneció algo nublado aunque a lo largo del día fue saliendo el sol. Al medio día comenzó a llover de mala manera hasta que después de un rato amainó. Lo cual me hizo pensar que la gente se pelaría las clases pero yo como era una ''alumna responsable'' pues fui. Ese día Nico no pasó a por mi. Se me hizo raro ir sola a clase cuando siempre tenía alguien a quien coger de la mano y charlar en el paseo. Llegué a la puerta del colegio y lo busqué. Tampoco aparecía.
Donde se habrá metido este chico -Pensé.
Me metí para las clases y empezaron a acribillarme a deberes, explicaciones y demás y yo solo podía que pensar en porque Nico no había venido a por mi ni se había presentado al colegio. Era todo tan raro.
A la hora del recreo me llegó un mensaje:
''Princesa, lo siento. Siento no haber pasado a por ti y no haber ido al colegio, no me encuentro muy bien y se me ha pasado avisarte. No te preocupes. Te quiero''
¿Se encontraba mal y pretendía que no me preocupara? Cogí mis cosas y salí para ir a su casa pero en ese momento alguien me cogio del brazo y me paro.
-¿Donde vas Kattia?
Me giré y eran Jorge y Daniel, los novios de mis amigas Andrea y Raquel, amigos míos y por supuesto de Nico.
+A casa de Nico. ¿Por?
-No vayas.
+Me vas a decir tu a mi lo que voy a hacer. Anda pues... Nico es mi novio y está mal y voy a ir a verle.
-No vayas, es importante para el y para ti que no lo hagas. Joder, hazme caso. -Me dijo Jorge
-Tiene razón, Kattia, no vayas. Haznos caso.- Replicó Dani.
Yo no entendía nada pero les hice caso y entré a la siguiente clase. Si antes me había costado concentrarme en los estudios imagínate ahora que sabia que a Nico le pasaba algo y sus amigos no me dejaban ir a verle.
Pasaron las 2 horas mas largas de mi vida y por fin sonó la alarma. Salí disparada pero me alcanzaron mis amigas y sus novios.
+Hey Kattia, ¿donde vas? - Me comentó Teresa
-Me voy a ... a.... a hacer unas cosas.
+Es mentira, se va a ver a Nico y no le conviene.- Dijo Dani en voz baja.
-Te he oído ¿sabes?- Le contesté
+Mierda.- Dijo Dani.- Convencerla vosotras de que no debe ir a ver a Nico anda. Si no la cagará y lo sabéis.
-¿Se puede saber que cojones pasa aquí? ¿Porque no puedo ir a verle? ¿Que esta pasando? Contármelo ya o salgo corriendo a su casa.- Les dije en tono amenazante.
+Joder Kattia, haznos caso y esperate un poco.- Me dijo Raquel.
-Buffff, menudo día que llevo eh? Ya os vale que sea algo importante porque sí no os juro que...
En ese momento sonó el móvil de Jorge y lo cogió. Era Nico. No pude escuchar lo que decía Nico pero sí lo que decía Jorge. Decía algo en plan:
''Sí, sí, tranquilo, la tenemos aquí, ahora mismo vamos para allí'' ¿De que iba todo esto? Seguía sin entender nada. Llegamos a su calle y me taparon los ojos con un pañuelo. Yo cada vez flipaba mas. Y mas. Y mas.
Llegamos a la puerta, vamos o eso supuse yo ya que se oyó el sonido de un timbre.
+Ya hemos llegado.- Dijo Andrea.
-¿Ya me puedo quitar esto de los ojos?- Dije yo.
+NO. -Gritaron todos al unisono.
-Vale, vale, soooo caballos. Tranquilidad.- Le dije yo vacilandoles.
Abrieron la puerta y me subieron en el ascensor. Aquello tardaba mucho así que supuse que no iríamos a su casa ya que vivía en un segundo. Llegamos y abrieron la puerta. Olía a aire... *sí, ya se que el aire no huele a nada pero me refiero que estábamos al aire libre, como en una terraza*
Me quitaron el pañuelo de los ojos y allí estaba el. Mi niño. Mi pequeño Nico.
-Dios mio.- Dije tapándome la boca.- Es precioso. Todo es precioso. La mesa, las velas, dios. - Estaba a punto de llorar y en ese momento Nico me abrazó.
+Bueno chicos, ya os podéis ir yendo ehhh? que esto se pone interesante.- Le dí un codazo y se fueron todos.
Nos quedamos los dos solos allí, en esa terraza maravillosa que el habia preparado anteriormente.
Ahora empezaba a encajarme todo. El mensaje, las prisas por que no fuera a su casa....
-Nico, es precioso pero sabes que no hacia falta. ¿Por que?
+Shh, cállate.- Me dio un beso.- Sabes de sobra porque es esto. Hoy hace un mes que empezamos a salir y yo no sabía que hacerte así que se me ocurrió que una cenita romántica sería lo ideal.- Dijo Nico con tono adorable.
-Por favor Nico, no tendrías que haberlo echo. Sabes que no me importan los regalos, con tenerte a ti me sirve. De todas maneras, mil gracias, eres el mejor.- Le dije esto y al momento le besé.
Nos pusimos a cenar. El me trataba como a una princesa y la verdad es que eso me encantaba. Era una de las múltiples cosas de el que me volvían loca. Acabamos de cenar.
-Por cierto Nico, ¿has cocinado tu? No se nota ehh?
+Joder Kattia, no estropees las cosas bonitas.
-Vamos que no lo has echo tú no?
+Si, claro que lo he echo yo. Que te pensabas? ... bueno me ha ayudado mi madre pero tu ya sabes lo patoso que soy con los cacharros.
-Jajajajajaja. -Nos reímos los dos y entonces el me cogió de la mano y me llevo a la parte de atrás.
-Una pregunta.- Le dije.- ¿Porque este sitio y no tu cuarto? Resulta muy acogedor la verdad.
+Pues por una sola razón. Bueno no, dos. En mi casa está mi madre dando la lata y aquí no, estamos solos y tenemos todo el cielo para nosotros.- Esa fue su respuesta.
Nos tumbamos en el suelo y el me dijo:
+Desde aquí se ve el cielo genial. Se ven todas las estrellas y son preciosas.- Me dijo el.
-La verdad es que sí.-Le dije.- Es precioso.
+Aunque... contigo al lado es difícil mirar a las estrellas.- Me dijo y yo me puse muy pero que muy roja.
-Mira, una estrella fugaz. Pidamos un deseo.
Nos dimos la mano y cerramos los ojos. Pedimos el deseo, paso la estrella, abrimos los ojos, nos miramos y nos besamos apasionadamente. Ese día fue el mejor día de mi vida. Hacia un mes con la persona que mas quería y no me podía creer que lo estuviéramos celebrando de esta forma.
+Te quiero princesa.- Me dijo esto y yo me acurruqué en su regazo.
-Yo también cariño.- El empezó a jugar con mi pelo y a darme besitos de gnomo. O así lo llamábamos nosotros.
Me quedé dormida encima suyo y creo que se levantó a por algo. Yo notaba que no estaba hasta que note que volvía a estar. Lo toque por encima para saber si era el y si, era Nico. Cogió unas almohadas y unas mantas y me tapó. Nos quedamos dormidos allí arriba. Al día siguiente nos despertamos tarde, aunque daba lo mismo porque era sábado y la madre de Nico nos subió el desayuno. Me parecía tan raro todo y a la vez tan bonito.
- Oh mierda. Tengo que llamar a mis padres o se preocuparán.
+Tranquila cariño, ya los llamé yo ayer y les dije que dormirías aquí. Están tranquilos.- Me contestó la madre de Nico.
Yo me volví a apoyar en su regazo y el se despertó.
+¿Que te ha parecido la noche princesa?- Me preguntó
-Perfecta, la mejor de mi vida.- Me besó y nos tomamos allí el desayuno.